Alicia Garay Herrera nació en Santiago en 1942. Criada en el seno de una familia comunista, desde niña escuchó de la Ley Maldita de 1948 y la represión contra el PC durante el gobierno de Gabriel González Videla. A pesar del temor de ser militante comunista por esta historia de persecución, en el exilio ingresa formalmente al PC, donde milita hasta el día de hoy. Sin embargo, su actividad social y política se inicia en la década del 60, ligada a grupos católicos con compromiso social.
Durante la Unidad Popular, trabajó en Centros de Madre y en iniciativas de educación y salud en las poblaciones.
Al momento del Golpe de Estado, tenía 6 hijos, entre 3 y 11 años. Con la ayuda del pastor Luterano Helmut Frenz logró salir del país donde estaba con arresto domiciliario rumbo a Argentina para encontrarse con su esposo. Luego de unos meses llegan a la República Democrática Alemana con la idea de seguir a Holanda. Sin embargo, la recepción que tuvo junto a su familia en la RDA le permitió rápidamente recuperar algo de la tranquilidad y seguridad que la dictadura de Pinochet les había arrebatado, decidiendo permanecer en el país, que en principio, era un lugar de tránsito.